jueves, 22 de agosto de 2013

LAGARTIJAS PIRENAICAS


Tras las últimas vacaciones pirenaicas de disfrute faunístico-florístico, he decidido hacer una entrada sobre las especies de lagartijas que podemos encontrarnos en estas montañas hispano-francesas. Algunas especies difíciles de distinguir, otras con áreas de distribución muy restringidas y cada una con unas particularidades y curiosidades, dignas de llamar la atención al naturalista.

Así pues, las seis especies de las que trata esta entrada, tienen cada cual particularidades muy diferentes. Algunas de ellas, más fáciles de observar, se pueden encontrar en una amplia extensión pirenaica, incluyendo cotas altitudinales relativamente bajas, como la lagartija roquera (Podarcis muralis), la lagartija parda (Podarcis liolepis) o la lagartija de turbera (Zootoca vivipara). Otras en cambio, mucho más restringidas a una pequeña región, y cota altitudinal que hace que se necesite un esfuerzo extra para localizarlas, como son la lagartija pirenaica (Iberolacerta bonnali), lagartija aranesa (Iberolacerta aranica) o la lagartija pallaresa (Iberolacerta aurelioi)

Por seguir un orden, iré comentando cada una de ellas, de menor a mayor estado de conservación.



Lagartija roquera. (Podarcis muralis)



Lagartija roquera (Podarcis muralis)


Tamaño 16cm (5,6 cm. LCC) Coloración dorsal parda o pardo verdosa, con reticulado negruzco en la zona central. Vientre blancuzco, grisáceo, crema o rojizo, con pequeñas machas negras. Con pigmentación gular oscura con bordes mal definidos y hileras de motas oscuras en escamas submaxilares. La escama rostral separada de frontonasal y collar liso.


Lagartija roquera (Podarcis muralis) con pigmentación gular en hileras de motas oscuras, incluyendo submaxilares



Una curiosidad de esta especie, es el comportamiento atípico de lanzarse al agua, en poblaciones cercanas a ríos.
Su distribución en la Península Ibérica, va desde el límite gallego-asturiano hasta Pirineos, con poblaciones en Sistema Ibérico y Sistema central. Su estatus de conservación es de preocupación menor (LC) (UICN y Libro Rojo)



Lagartija parda (Podarcis liolepis)
 

Lagartija parda (Podarcis liolepis)


 Tamaño 14,5cm (6,5 cm. LCC) Lagartija esbelta con cabeza triangular y hocico apuntado. Garganta sin apenas manchas oscuras. Coloración dorsal de fondo pardo, pardorojizo o grisáceo. La escama rostral separada de frontonasal y collar liso.


Lagartija parda (Podarcis liolepis) detalle de las escamas craneales
Especie que hasta hace poco se consideraba subespecie de la lagartija hispánica (Podarcis hispanica subsp. liolepis). Su distribución en la Península Ibérica, se extiende por el cuadrante nororiental. Su estatus de conservación no aparece en ningún listado al haberse separado recientemente como especie, pero existen datos continentales que demuestran un acusado declive.



Lagartija de turbera. (Zootoca vivipara)

Lagartija de turbera (Zootoca vivipara) en su hábitat principal, la turbera


Tamaño 16cm (6,5 cm. LCC) Se distingue muy bien del resto de lagartijas por su pequeña cabeza, alta y robusta y cuerpo y cola rechonchos. Presenta coloración dorsal parda o pardoolivácea y collar aserrado. La escama rostral separada de frontonasal.

Lagartija de turbera (Zootoca vivipara) detalle de la cabeza

Su hábitat también es muy diferente al resto de lagartijas presentes en Pirineos, pues es una especie muy hidrófila con alta preferencia por las turberas, como indica su nombre común.
Las poblaciones ibéricas representan el extremo sudoccidental de distribución de la especie. La curiosidad que presentan estas poblaciones ibéricas y Pirineos franceses, es el modo de reproducción, ya que se trata de poblaciones ovíparas, con un grado de embriogénesis intrauterina inusualmente avanzado para los lacértidos ovíparos, frente al resto de poblaciones euroasiáticas de viviparismo lecitotrófico.
Su distribución en la Península Ibérica, va desde el límite gallego-asturiano hasta Pirineos. Su estatus de conservación según el Libro Rojo es de casi amenazada (NT)

 
IBEROLACERTAS PIRENAICAS
Las tres especies que van a continuación, se caracterizan por encontrarse en general a más de 2.000 msnm, y diferenciarse del resto de lagartijas que podemos encontrar en Pirineos, en que la escama rostral se encuentra en contacto con la escama frontonasal, así como en vista lateral, la escama supranasal se encuentra en contacto con la escama loreal.
El díptero Sarcophaga protuberans es un depredador natural de huevos de estas tres especies.
Dicho esto, a continuación los tres endemismos pirenaicos de menor a mayor estatus de conservación.



Lagartija pirenaica  (Iberolacerta bonnali)


Lagartija pirenaica  (Iberolacerta bonnali)


Tamaño 15cm (5,5 cm. LCC). Presenta coloración dorsal grisácea o grisáceoaparduzca (pero nunca claramente marrón como en I. aurelioi), ocasionalmente con reflejos oliváceos. Bandas laterales pardas muy oscuras. Partes inferiores siempre blancas (blanco hueso), con pocas manchas oscuras y collar aserrado.

Lagartija pirenaica  (Iberolacerta bonnali) Escama frontonasal en contacto con escama rostral

Lagartija pirenaica  (Iberolacerta bonnali) escama supranasal en contacto con escama loreal


Endemismo pirenaico central, con una distribución altitudinal alpina, con alturas generalmente superiores a 2.000 m en la vertiente sur y a 1.700 en la vertiente norte, llegando por encima de los 3.000 m
Su estatus de conservación es como Casi Amenazada (NT) a nivel mundial, y Vulnerable (VU) para España según UICN. Se justifica porque aunque su área de ocupación es menor de 2.000 km², sus  poblaciones son probablemente estables.




Lagartija pallaresa (Iberolacerta aurelioi)  

Lagartija pallaresa (Iberolacerta aurelioi)


Tamaño 15cm (5,5 cm. LCC). Presenta coloración de fondo pardo muy claro, a veces de tonos oliváceos. Bandas laterales pardas muy oscuras y numerosas manchas oscuras de tamaño moderado a pequeño. Coloración ventral amarillenta o anaranjada con pequeñas manchas de color negro, especialmente en los machos. A diferencia de las lagartijas pirenaica y aranesa, siempre carece de motas azules en las escamas ventrales externas.


Lagartija pallaresa (Iberolacerta aurelioi) coloración ventral amarillo-anaranjada con motas negras





Lagartija pallaresa (Iberolacerta aurelioi) Escama frontonasal en contacto con escama rostral

Lagartija pallaresa (Iberolacerta aurelioi) escama supranasal en contacto con escama loreal

 
La lagartija pallaresa habita zonas del piso alpino desde los 2.100 m a los 3.000 m en circos glaciares con orientaciones sur, más raramente este u oeste, con pendientes moderadas y buena insolación. Es un endemismo pirenaico restringido a tres núcleos montañosos, NO de Andorra, Pallars Sobrià (NE de Lleida) y Ariège (Francia)
Su estatus de conservación tanto en el Libro Rojo como en la UICN es de en peligro (EN) por tener un área de distribución menor de 500 km2, severamente fragmentada, con declive continuado de sus poblaciones, área de ocupación, calidad del hábitat y número de localidades.





Lagartija aranesa (Iberolacerta aranica)

Lagartija aranesa (Iberolacerta aranica)
 
Lagartija aranesa (Iberolacerta aranica)

Tamaño de 15 cm. (6 cm.). Coloración dorsal de tono pardogrisáceo, ocasionalmente con un reflejo oliváceo claro.  A lo largo del dorso, dos bandas paravertebrales oscuras. Pecho y vientre sin pigmento de color, habitualmente en diversos tonos de blanco. Un 10% de los individuos (generalmente machos) presenta motas azules en la hilera externa de las escamas ventrales.

Lagartija aranesa (I. aranica) con motas azules en escamas ventrales externas que presentan el 10% de individuos
Lagartija aranesa (Iberolacerta aranica) Escama frontonasal en contacto con escama rostral




Curiosamente su actividad se reduce a las primeras horas de la mañana, sobre todo de 8 a 12h, y luego va disminuyendo hasta las 15h.
Esta especie pirenaica es endémica del Macizo de Mauberme y sus estribaciones, con un rango altitudinal entre los 2.000 a los 2.500 m
Su estatus de conservación es en Peligro Crítico según la UICN y el Libro Rojo debido a que tiene un área potencial menor de 100 km2 severamente fragmentado, con declive continuado de poblaciones, área de ocupación, calidad del hábitat y número de localidades.




jueves, 18 de julio de 2013

COLEÓPTEROS POLÍFAGOS (MELOLONTHINAE), COMIDA DE ELEONORES




Existen en España un buen puñado de escarabajos polífagos, llamados Melolóntidos o comunmente abejorros sanjuaneros, caracterizados por presentar unas antenas marcadamente claviformes, que en los machos llegan a presentar lóbulos que abren en forma de abanico, mientras que en las hembras son más pequeñas y nudosas. Estos escarabajos, presentan una larva blanca y voluminosa, que les dota del nombre común de “gusanos blancos”. Estas larvas se alimentan de las raicillas de una gran variedad de plantas, mientras que en fase adulta, su alimentación consistirá en hojas de caducifolios. De todas las especies que habitan en España, la más común de todas es el Anoxia villosa. 


Anoxia villosa, hembra. Uceda (Guadalajara)

 
El escarabajo adulto, aparece de mayo a julio, y se alimenta de las hojas de árboles forestales y frutales, volando solo por la noche. La hembra pone los huevos en la tierra, principalmente en tierras bien oxigenadas, como cultivos, viveros, praderas, etc…donde las larvas pasarán por al menos tres fases larvarias, hasta que pasados tres largos años, incluso más en zonas frías, se completa el ciclo y el adulto sale al exterior.


Larva de Anoxia villosa. Villaviciosa de Odón (Madrid)



Otro de estos abejorros sanjuaneros, es el Melolontha papposa con un ciclo biológico similar, aunque los adultos se dejan ver algo antes, adelantando su aparición en fase de imago al mes de marzo o abril.


Melolontha papposa, macho. Playa de Bolonia (Cádiz)


Melolontha papposa, macho. Playa de Bolonia (Cádiz)


Estos curiosos coleópteros, son a la vez adorados y odiados en el jardín, pues por un lado se comen las raicillas de las plantas, y por otro oxigenan y fertilizan la tierra con sus excrementos.

Pero otra de las “utilidades” que tiene, es que sirve de alimento a una buena cantidad de especies de vertabrados, contribuyendo al equilibrio del ecosistema.
Tal es el caso del halcón de eleonor (Falco eleonorae), pues en las fechas en que estos coleópteros sanjuaneros se encuentran en fase adulta, coincide con el momento del paso prenupcial de esta rapaz en nuestros campos. De ahí viene su nombre vulgar, “abejorros sanjuaneros”, ya que se desentierran como imagos por “San Juan” y los meses aledaños, pudiéndoles observar volando cual abejorros al atardecer.
El halcón de Eleonor, basará su alimentación estos meses de migración prenupcial principalmente en abejorros sanjuaneros a su paso por la Península. Mientras que en la época de cría, son especialistas en cazar pequeñas y no tan pequeñas aves que se encuentran ya en migración postnupcial, para alimentar a sus pollos. Una curiosa adaptación al alimento disponible por parte de este bonito halcón, y un buen equilibrio en el ecosistema el que establecen estas dos especies tan diferentes, contribuyendo esta rapaz, a la par que otras, a evitar las temidas plagas de estos coleópteros, y sus gusanos blancos, por los agricultores.




Falco eleonorae, morfo oscuro, hembra. Valladolid


Falco eleonorae, morfo claro, macho. Valladolid




sábado, 16 de marzo de 2013

ABEJAS CUCO. UN MEGAQUILÍDO PARÁSITO







Megaquílido (Megachilidae), concretamente abeja cuco o parásita. (Lagrán, Álava)



Los megaquílidos son abejas solitarias que hacen sus nidos en tallos huecos, restos animales como conchas de caracol, incluso en termiteros. En vez de secreciones, como ocurre con otras familias de abejas, usan diversos materiales, por lo que se les llama abejas albañiles.  Algunas usan trocitos circulares de hojas para la construcción de su nido, por ejemplo. También pueden usar nidos artificiales, lo que se ha usado para estudiar los hábitos en algunas especies, por su importancia en la polinización de los cultivos.
Pero dentro de esta gran familia de abejas solitarias de lengua larga, existe un grupo de abejas parásitas, llamadas abejas cuco, que han desarrollado una estrategia particular para su reproducción, que les confiere su nombre común.
Y es que al igual que el ave, el cuco común (Cuculus canorus), y otros cuculiformes como el críalo europeo (Clamator glandarius) que parasitan el nido de otras especies de aves, esta pequeña abeja, parasita el nido de otros miembros de su familia, otros megaquílidos. Su estrategia parásita consiste en invadir el nido de una abeja hospedante y poner su huevo allí. Cuando el huevo eclosiona, la larva parásita mata a la larva del huésped y se alimenta de ella, que suele ser de su mismo tamaño o más grande que ella. También puede alimentarse del alimento destinado a la otra larva. En cualquier caso, estas abejas se ahorran el proceso de construcción del nido y aprovisionamiento de comida para sus larvas. 

Como veis, los insectos también pueden desarrollar conductas etológicas muy complejas.